martes, 2 de diciembre de 2014

Tenemos que acabar.






  Que no se nos caiga la cartera al suelo para cantar cuatro verdades a ciertos caraduras. No hace falta encerrar a nadie en un castigo para que las miserias humanas salgan a la luz.

Los que practican el bien son marginados. Para el débil la moral es un escalón en el pensamiento moderno. Pasolini hizo carrera de ello. Otros ilustres abnegados de la sinvergonzonería pasaron de la apología al vertedero de las ideas. Y no cito a Bukowski.

El adjetivo sádico nos delimita en la idea de poder. Sade era una ácrata total. No tenía idea alguna de erigir un nuevo orden. Su literatura, bastante monótona, por otra parte, es inferior a las expectativas utópicas de muchos de sus lectores con ínfulas de filósofos contestarios.


Por esto, y otras deficiencias más, hemos de acabar con todo malditismo impostado. Masoch y Houellebecq lo agradecerían. 




Licencia Creative Commons
El Yugo Eléctrico de Alicia se encuentra bajo una LicenciaCreative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.