viernes, 21 de noviembre de 2014

Muy noble y muy leal.







  Algunos pasan por la vida como Goethe por Italia: sin escribir una línea. Otros son dados a inhalar hasta la tangente de las hipotenusas. Una locura a lo Burroughs. Un baño de bromuro propio de Neftalí Barriga de Buda. ¡Oh, qué cosas! ¡Qué vidas! Espaciar en el tiempo la salud y el derroche...Buen consejo para hacérselo llegar a un corredor de bolsa 2.0

Napoleón ingestaba arsénico pero, oye, era Napoléon. Harapiento o cromático pero emperador y hombre mutante. Nada que ver con tu gatito siamés. Muy noble y muy leal pedir la cuenta (y hasta la propina de la camarera) por jeta o cínico. Sí, todo bien. No obstante, chico, Francisco Nicolás a tu lado es un ejemplo prodigio de cortesía. Nobleza que no obliga mear en la sopa de los pobres. Tampoco rasgar las suaves sedas de la aristocracia egregia. Eh, LA VANGUARDIA ES ASÍ.

Unamuno tenía razón: en España siempre se aplaude a la contra. Moscas, ¡qué cosas! ¿Ustedes se han mirado? Todos juntitos somos una moneda (¡peseta!): cara y cruz de siamés sin descendencia. En otras palabras, EXpaña sola se las apaña: una plasta que bosteza y otra ex que sestea.

Sí, cierto, hasta nuestras sombras nos aliñan hermosos cuernos en la pantalla del ordenador. Sí, cierto, pero no caigamos en un derrotismo infecundo. Y, por favor, escoria del ruedo ibérico, en el fango de la historia, recordemos el tango y, así, nunca nos olvidaremos de cantar a los cracks que no llegaron.





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