martes, 17 de junio de 2014

El chiste del pozo



Narrador: Aurora y Paco son una entrañable pareja de La Soleada. Un pequeño pueblo en las tierras altas Sevillanas. Ambos comparten la casa familiar de Paco, veterinario de profesión. No tienen hijos y sus aficiones, que poco tienen que ver, responden a las tardes de domingo, junto a una buena lumbre y un buen clásico. Tienen un pequeño huerto, un par de terneras, un corral y un patio, con un pozo que preside. Sin embargo esta aparente felicidad, no es más que una apariencia, puesto que la pareja lleva unos meses al borde de la extinción. Hoy Aurora dará por fin conclusión a la relación.

(PACO)- Aurora. ¿Dices qué todo esto pasó?
(AURORA)- Digo que todo esto no puede sino terminar de una vez.
(PACO)- Aurora. Si me dices eso, yo me tiro al pozo.
(AURORA)- Dios Santo... Relájate, ¿No te das cuenta? Tú te impones la gravedad.
(PACO)- Aurora. ¿Qué dices? No ves que te quiero.
(AURORA)- Yo a ti no.
(PACO)- Aurora. Tú me quieres.
(AURORA)- No.
(PACO)- Aurora. Tú me quieres como yo te quiero.
(AURORA)- No.
(PACO)- Aurora. No puedo vivir sin ti. ¿A quién tengo que matar? ¿A quién tengo que rezar o cantar?
(AURORA)- No ves querido, que por mucho solloces, tus penas no te van a devolver mi cuerpo.
(PACO)- Aurora. Fuiste mía, tu cuerpo no tiene otro dueño.
(AURORA)- Sí.
(PACO)- Aurora. Me voy al pozo.
(AURORA)- No, al pozo no.
(PACO)- Aurora, voy a ahogarme para así aliviar mi pena.
(AURORA)- ¿Qué quieres qué te diga?
(PACO)- Aurora, dime que me quieres.
(AURORA)- No.
(PACO)- Aurora, me voy al pozo. Mira estoy tan sólo a cinco pasos. ¿Me quieres?
(AURORA)- No.
(PACO)- Aurora. Estoy a cuatro. ¿Me quieres?
(AURORA)- No.
(PACO)- Aurora. Estoy a tres. ¿Me quieres?
(AURORA)- No.
(PACO)- Aurora. A dos. ¿Me quieres?
(AURORA)- No.
(PACO)- Aurora. A un paso. Por piedad... ¿Me quieres ahora?
(AURORA)- No.

(Paco se tira sin más remedio al pozo, zambulléndose en el agua que le dará muerte. Unos gritos exageradamente desesperados terminan con un chasquido de Aurora)

(AURORA)- (Pausa) Shh...Silencio amor. Si no quieres que baje y te regañe.

(Vuelven los gritos desesperados: ¡Ah, Aurora!¡Ah, Aurora!¡Ah, Aurora!

(AURORA)- ¡No puedo aguantarlo más!

(Aurora esputa reiteradamente al pozo hasta quedar sin fluidos bucales. Sin embargo los alaridos no desaparecen.)

(AURORA)- ¿Esta es tu venganza?

(Aurora vierte seis cubos de estiércol del ganado. Los aullidos se desvanecen.)

(AURORA)- ¡Calla jodido bicho!

(Pese al silencio Aurora continua molesta por los chillidos que tan sólo ella alcanza oír. Desesperada clama al cielo.)

(AURORA)- No eres capaz de callar las entrañas de tu cuerpo y adivinar que yo soy santa, hada y madre de la naturaleza. Que no desfallezco ante un hombre. Que no tengo dueño. Que no soy vaca ni cualquier otro animal de granja. Si no que puedo ser pantera de la noche, amante selectiva, casi violadora de hombres. Arruinada en tu esquina de cobarde. Muere de una vez. Bicho. ¡Brujo!

(Del pozo, con mucha dificultad emerge una figura bañada en deposiciones. El olor es insoportable y provoca numerosas arcadas en Aurora. Temblorosamente y aferrándose a las piedras del saliente, después de resbalar tres veces, consigue salir del que sin duda habría sido su final. Paco cae al suelo rendido. Cansado. Repta por el suelo como una serpiente herida. Poco a poco se incorpora y denota una sonrisa juguetona, inocente, casi infantil)

(PACO)- Aurora. Tu mierda me ha llenado la boca pero tu saliva ha lavado la mierda.


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