sábado, 30 de noviembre de 2013

Supervivir al karma del Sur.




Quien tiene un carácter tiene un destino. Quien elige su propio camino en función de la clarividencia vocacional hija de la luz fractal de la reminiscencia es dueño de materializar poéticamente sus sueños y hacer transcender éstos por el espacio-tiempo.

Devenir con dignidad moral a empuñar tu cotidianidad es el regalo cuajado de todo parto estelar.

Porque la naturaleza no tiene más fin que el cambio constante.

Anonadarse en la neurastenia para hallar la salvación eterna.






Quien intenta cerrar los ojos a la muerte es un estúpido. Cada milésima de segundo nos morimos un poco. No debemos enmascarar ni, mucho menos, maquillar la pérdida.

Preparar al forajido para un velamen digno es una celebración de eternidad infinita para el esoterismo sanativo. Porque en el laberinto eleusino cada alma hace suyo el umbral de salutación divina.


Al final, la singladura es la mortaja perfumada para con la muñeca de sal perfumada de océano. 

jueves, 28 de noviembre de 2013

El Héroe frente al Paredón...#5

[A Lou Reed,
a Dani Zamora...
allá donde estén tocando con Elvis]

A El Hereje Ozimandías,


a Carlos

y, por supuesto,
a Pablo...


Tan condenado y demacrado
como un torero sicomágico
deambulando pánico
hasta los tentáculos del sur añorado...

Desde Ventas hasta Argüelles,
a ciertas horas
sólo te preceden los despojos de los muelles
adonde moran
las mallas de los marineros
que nunca supieron
cómo sus fueros
acabaron en tierra yerta
en esas inciertas
madrugadas que desdoran
la moralidad de la reyerta. 


El Día Después (II)



Galardonado como pobre amante,
tiritando en la aurora sin detener su vuelo,
pierde su camino con el llanto de la ciudad.

Deambula olvidado en la conciencia remota,
acunando los atavíos de una noche lejana,
sorteando el alma de poeta
soberbia ya en sus huesos

Por ofrecer algún beso de amor
atenta en vicios de costados purulentos,
para ahogar la noche
en lo escrupuloso de la muerte

Harto ya de ángeles en su remesa de sangre,
Dionisiaco con pecados sobre el decálogo,
alude a la fe clandestina
en la oscuridad lejos de ti

Y sólo cuando el sol brilla y el calor pica
se reconoce, templario sin causa alguna,
gastando en flores
intenciones sin rosas.

Galardonado como pobre amante,
tiritando en la aurora, sin detener su vuelo
pierde su camino con el llanto de la ciudad.

El Día Después


Algún día querido amigo, ¿me contarás qué pintas aquí?

Tú tan alérgico a esas noches llenas de cálices del abismo.
Tan endeble con tu pequeña muerte cotidiana.
Con ese perfil lovecraftiano que tienta a la suerte con la cínica de tu sonrisa.

¿Qué pintas aquí?

Con aquellas preocupaciones absurdas.
Tan neurótico como abstemio.
Colgado a las vigas de la melancolía
sin la protección de una buena mujer

Tan aburrido y fiel.
Renunciando a una precaria protección.
Sin aludir a la misantropía,
siempre fuiste demasiado cagón.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El Héroe frente al Paredón...#4





El destino
              - divino o no, mezquino o no-

es el vino de cualquier camino 
secular hacia la luz fractal.



Lobo fiero o lobo bueno
                                    -pero,
                                             al fin y al cabo,
                                                                     lobo-
lleva en sí
la carga
               -más o menos infantil-
que cualquier rimbaud hereda
                                              -en la vereda
                                                        indirectamente proporcional-
entre sorbo y sobo
                                -filio-

                                          del exilio.

Se va #9






Vos y yo

somos demasiado buenos actores
y esa abstracción de la realidad
no se sostiene ni con celo ni caridad.

Confesemos el sarcasmo
mayor que nos tomamos:
imposible unificar dos factores
opuestos tan determinados.

Rara vez
se salva la memez
al cuadrado que conformamos.

¡Qué cutrez
de modernos arrepentidos
la estupidez
de escondernos unidos!

Escurramos
nuestros huesos huecos legos.
Admitamos
que orillamos la Isla de Fuego.

El Héroe frente al Paredón...#3





El ROCK siempre me nutrió
y yo siempre perseguí al ROCK...

Se va #8




Vida,
esto nunca renta.

Mientras planeo la huida
me daré la vuelta
para ver cómo te quiebras
bajo la tormenta...

El Héroe frente al Paredón...#2





El mejor amigo
es el que aporta lumbre
y sabiduría
sin pedir nada a cambio
[salvo salvaguardar el privilegio íntimo de la amistad]
a lo largo y ancho de la sonora soledad
de la mísera existencia....

¡Qué genial 
el vuelo regular hacia la Tierra Fractal!

El Héroe frente al Paredón...#1







¿Qué queda 
del pájaro cantor
cuando el candor
del pueblo servil y aliado al poder
confunde veneración
con ambición?

La inmortalidad
reducida a la mínima expresión...

Moda y Pueblo #2





¿Quién velará
por bendecir
esta tierra?

Moda y Pueblo #1






¿Qué le sucede
al artesano
cuando no entrega
su cerviz
al poder establecido?

Ahí lo tenéis...

Siempre habrá una facción del pueblo
que, servil,
sirva tu corazón en bandeja de plata
a los asesinos...

Artrítico y resignado...






Artrítico y resignado,
anhelo el retiro
-dorado y soñado-
como un tiro de respiro
que alivie esta asfixia de costado.

Artrítico y resignado,
únicamente espero
-aletargado y sincero-
que la bondad de Dios amado
recoja en su seno sanador
a este irresoluble pecador.






Tan abandonado y absorto como Maradona en Dubái...



Aunque 
intentes defenderte 
como un gato panza arriba
de la calumnia y la persecución constante
llega un momento comatoso
en el que por algo más que un instante
puedes plantearte
llegar a inmolarte
o desaparecer
o perecer
en vida 
[cual suicida
del Noveno-B a la pileta reseca....]

¿Me preocupa?
No.
¿Me ocupa?
Sí.


A veces,
uno llega a desconfiar hasta de su propia sombra.

En demasiadas ocasiones
uno acaba sintiéndose 
tan abandonado y absorto 
como Maradona en Dubái.



lunes, 25 de noviembre de 2013

El adoquín de Marx



Querido Carlos Marx,


quien de verdad te conoce sabe que tú no eras uno de esos aquellos socialistillos malévolos que promulgaban el hambre para todos en lugar del pan para algunos. Quien te conoce sabe que, aunque nunca le decías que no a un buen chuletón con chucrut o a una criada con escote, lo tuyo era más sed que hambre. Tu sed proverbial está de sobra documentada.  Por eso afirmabas que la revolución debía empezar en Alemania, porque era un país con capitalismo avanzado y, sobre todo, con una industria cervecera que no tenía nada que envidiarle a aquél. Lenin, amo de un país que no era aún ni capitalista (y cuyos licores quedaban a años luz de los de tu tierra) sabía que la intentona no funcionaría si quedaba restringida sólo a Rusia, que no tenía ni dónde caerse muerta, y esperó en vano muchos años. ¡Qué lástima que en los lugares donde se aplicaron tus ideas, querido Carlos, no hubiera ni para los aperitivos! Imagínate qué patatero (o bananero) habría sido el advenimiento del postre, de ese dulce comunismo de la postrera hora.

A ti lo que te iban eran las jarras colisionando al son de la Internacional, las óperas populares de madrugada, los bailes sobre las mesas y las patadas a las mismas si provenían de cadenas de montaje y no de artesanos que se realizaban haciendo su trabajo. Lo del opio del pueblo era una licencia poética: toda riña o escándalo estaba justificado si los ebrios festejos conducían a un atentado contra el Sistema (sobre todo el digestivo).

Por ejemplo una noche, según cuenta tu colega Wilhelm Liebknecht en sus memorias, fuiste de bares con unos amigos, lo que era tu pan de todos los días (aunque el pan era lo de menos). Esa vez decidísteis hacer un tour cervecero que culminó en una proclama, cortesía de tu fuerte acento teutónico, sobre la superioridad cultural germana frente al filisteísmo inglés, si me permites el neologismo (a Lenin se lo permitían). Todo esto en medio de una party de Oddfellows. ¡Cómo se te ocurre! Tuvísteis que poner pies en polvorosa, y la fiesta acabó con la clásica prueba de lanzamiento de adoquín hacia las farolas. La policía, que se había quedado con tu cara, lanzó contra ti las fuerzas represivas del Estado burgués, de las que te escaqueaste por un sórdido callejón.

Y luego te dicen defensor del Estado, ¡tú, tan libre de pecado que tiraste la primera piedra! (y la segunda, y la tercera...). Tú, para quien el Estado era cosa muy transitoria y deseabas quitártelo pronto de encima, igual que estabas deseando dejar de ser marxista (pues eso significaría que habría llegado el comunismo), y en cambio tuviste que serlo toda la vida, hasta que no sólo dejaste de ser marxista, sino también Marx a secas.

Muchos dicen que el marxismo murió contigo y que todo lo posterior es fanatismo, incomprensión, maquiavelismo puro y duro. Otros, por el contrario, te echan la culpa de cualquier cosa que se haya dicho o hecho en tu nombre después de tu muerte. ¡Así es muy fácil! Piensan que iniciaste un retroceso en la historia de miles de años, que trajiste de vuelta el imperialismo y el despotismo, que tus adoquines sólo buscaban dejar la calle en sombras, retornar al oscurantismo, institucionalizar la delincuencia, volver a la estufa y las velas, erradicar la seguridad cívica y jurídica que habíamos conquistado con tanto esfuerzo. Que eras un gamberro, vaya.

Hay, sin embargo, quien te honra y venera como uno de los primeros pensadores contemporáneos, como uno de los pioneros en cerrar la boca a los franchutes pedantes de la Ilustración y abrir la puerta a los franchutes pedantes de la posmodernidad. Tal vez tus adoquines se dirigían no contra la luz en sí, sino contra el Siglo de las Luces. Tal vez te asfixiaban esas calles coercitivamente ordenadas, esa técnica alienante, esas sociedades hipócritas, esas legiones de mendigos iluminados por luz artificial, mientras que tú llevabas un sol en el corazón. Los rebeldes de Mayo del 68 te copiarán la ideíta, aunque los comodones del 15M, en lugar de arrancar los adoquines, los usarán como asiento (y se sacarán unas cervecitas: "sobre los adoquines, la playa").

Siempre fuiste un David contra un Goliat. Un teórico brillante echando unos tiritos intelectuales contra un enemigo tan alto y tan poderoso que, por bien atinado que estuvieras, no le provocaban al monstruo más que un par de quebraderos de cabeza geoestratégicos. Si Ludd se cargaba las máquinas de las fábricas y tú el alumbrado público ¿contra qué debe descargar su rabia el pensador que este siglo necesita?

Ese es nuestro problema, querido Carlos:  necesitamos a alguien que teorice nuestro tiempo con la finura que tú tuviste para el tuyo. En palabras que con toda seguridad entenderás, hace falta que a alguien se le encienda alguna bombillita.  ¿Por qué, si puedes explicármelo, rompiste todos los faros?










PD:  Se rumorea que aquella infausta noche te propusiste tomar una pinta, junto a tus compadres Bauer y Liebknecht, en todos y cada uno de los bares entre Oxford Street y Hampstead Road. ¿Es eso cierto? De serlo, no se contaron menos de dieciocho. Maravillosa proeza digna del récord Guinness. O el Heineken, como tú prefieras…



sábado, 23 de noviembre de 2013

Cuando esto acabe (IV)


Tú conoces, al igual que yo, el sabor del dolor.
Pero nada asemeja la fría crueldad
de este gélido sol de ciudad
en esta noche sin fin,
con nuestra triste miseria,
con nuestro quehacer en las manos,
recordando el amor de nuestros ojos
acusados de haber pisado sobre las huellas
de cualquier asfalto.

Tú, que me conoces hundido en el mar
con el fardo de tu desidia,
comprenderás que tropiece con arpías
que hasta mi corazón sabrán abrirse paso. 

Ciudad y paredón ['A las afueras de Dios'] #1



Entre luces de neón
                    cuesta aprender 
                            a saber amanecernos 
                                        con dignidad...

viernes, 22 de noviembre de 2013

I) La Musa [o las serpientes (en almíbar) de muchas cabezas]




Están aquí
                   [sobre mi mesa.]

Ellas
     se sienten desnudas
                                 [acariciadas
                                    por la propia inmortalidad

                                                                        de su belleza inspiradora.]

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Se va #7





¿Dónde estamos?

No sabemos.
Igual
nos vamos.


Estamos 
cruzando esa curva
mientras el cielo se nos nubla
y la ciudad se mea.

Tal vez
          -sea lo que sea-
lo esperábamos así.

Sí sé
      -lo veas como lo veas-
que los dos estamos juntos
                                     y, por ello,
                                                    no nos conformamos
                                                    ni conformaremos
                                                    un camposanto de difuntos...

Se va #6








Tuiteas 
y un pájaro 
se nos vuela
de la mano izquierda...


El Manzanares 
no es Mississippi,
ya sé...

Otra vez,
es El Día del Niño
y pienso en tu vientre...

Son las 9:58
de este día de cielo londinense
y la luz matritense
te añora acariciar...

Escucho
al viejo
 Muddy Waters
tocando 
[con la banda perfectamente engrasada]
'Manish Boy'...

Sé hacerla 
en mi agrietada 
guitarra roja
pero la tercera cuerda 
se nos antoja 
hueca
tras inmolarla  El Hereje Ozimandías...



Se va #5






Añoro esos riffs de bajo y guitarra doblados
porque el lenguaje siempre fue poesía fósil...

Somos 
sólo trance 
en el espacio-tempo
cuando la fe es la sustancia de las cosas 
que se anhelan
[la constatación tangible de aquello que no se ve].


Toda obra 
es una metáfora 
sobre cómo sortear el insomnio.





Se va #4





Un acto de fe jamás es inútil.

La vida es demasiado precaria
porque el mundo es ancho y ajeno...

Me entristece
pensar en lo que puedo llegarme a perder de la vida...

Por ejemplo,
¿moriré sin ir a Disneylandia?

Se va #3







¿Qué diré entonces
que ha sido de mí
durante este espacio interlineal?

Lo primero y lo instintivo
es decir que nada.

Insomne,
omnisciente y ubicuo...

La verdad resplandeciente
prevalece inalterable:
el (fonema del) poema.

Se va #2





                                                Mick-Milonga:

En la calle del Pez
naufragaste
en un buitrón de fe...

Se va #1




Me iré
y, tal vez,
no sea un sábado azul
pero, igual,
              sé que
sufrirás
un cruel
abandono sensual...

lunes, 18 de noviembre de 2013

Tardes con una pelirroja (IV)



Entre Tirso y Bilbao llega a creer que necesito un hijo que me enseñe a ser padre. También vuelco mi enajenación allá dónde las bestias han usurpado la palabra de los hombres. Un modo de rebelarse al olvido o una súplica a su ironía de medianoche. Que poca seriedad deberá pensar, cuando sin remedio subo de su falda a su blusa. Se deja hacer como una víctima extática de mi clarividencia. 
<< Guarda tus sueños >> Llega a jadear cuando me alejo demasiado de la senda del buen hijo. Lidio entre sus piernas secas y ardientes. Siento la orden del canto vivo y guerrero cuando le invito a casa. 
<< ¿Esta noche llegarás a vivir? >> Pregunta arrinconándome en los pecados que saben mejor en su boca. Ardiendo en colores secretos, a brisas pasajeras, entreabriendo su ropa me declaro digno protector de la musa y ludópata empedernido. El metro sosiega la marcha. Creo que la luz artificial e incandescente del subterráneo Madrileño es el camino más rápido al cielo. Ella baja primero con una fuerza prestada, sin conocer jamás mayor ley que su belleza. Torpemente vago por su piel galvánica. << Si esta noche morimos, por la vergüenza de muchos, iríamos a una fosa común >> Ella ríe mi chiste de tercera más preocupada por encontrar la salida de nuestro arduo laberinto.

<< Aquí se pagaron tiros de gracia en los años de la guerra >> Le advierto con mi ímpetu tambaleante. Por fortuna nos recibe el frío seco de la capital, con sonidos sordos y ecos extraños. Mis manos vuelven sobre sus nalgas. Me cuestiono si estarán tan ardientes como sus piernas. << De esto ni palabra, tengo algo por ahí >> Me informa. Me tranquiliza pensar, que ni un sólo instante viviría el hombre sin la consideración que supone el cascabel de las serpientes.

domingo, 17 de noviembre de 2013

sábado, 16 de noviembre de 2013

La sombra de la mujer soleada






Uno no elige 
para sí mismo
ser la sombra 
de una mujer soleada...

Y, sin embargo,
ciertos biorritmos 
latentes
nos empujan 
a abrazar esa cadencia única.


"Korva" Glace: los 10 mejores discos del progresivo nórdico.





1) Wigwam- Fairyport (1971)





2) Haikara- Haikara (1972)





3) Kaipa – Kaipa (1975)






4) Samlas Mammas Manna- Klossa Knapitatet (1974)




5) Tasavallan Presidentti- Lambertland









6) Ruphus- New Born Day (1973)







7) Älgarnas Trädgård- Framtiden är ett svävande skepp, förankrat i forntiden (1972)




(Viriditas)



8) Pain of Salvation-BE







9) Änglagård-Hybris (1992)





9) Bo Hansson- Saga om Ringen (1970)









(Mención de honor para:  Pekka Pohjola, Liquid Scarlet, Secret Oyster, Aunt Mary, The Flower Kings, Pär Lindh Project, Sinkadus y Junipher Greene.)

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