martes, 13 de agosto de 2013

IV. Sertralina.




Estas pasiones de la servidumbre se confunden como un bastón para el corazón. Para la soledad,  delirio y osamenta. Ocurre, ciertamente, en la luz dañada del eco nocturno.


     Desordenadamente nuestros ojos están llenos de selva y son un manifiesto. El sudor cubre de tiempo los objetos de la habitación descomponiéndose, nombrando cada cosa, niebla a niebla golpeando de adjetivos los signos interrogativos de la pared. 

Tan distantes como el inicio de la relación se disgregan por las rendijas de los ojos desgarrados de cerraduras y raíces, pernoctando entre el oxidado y tenaz material del deseo.

Dime, ¿por qué no te animas levantarte y hacer la maleta y largarte?
Licencia Creative Commons
El Yugo Eléctrico de Alicia se encuentra bajo una LicenciaCreative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.