Quizá te lata cambiar tu perfil o esperar mil horas bajo la lluvia y sin gamulán pero no todas las costumbres femeninas hacia la irracionalidad son tan sorprendentemente estrafalarias para merecer la pena.
Todos soñamos con los tiempos coronarios pero competir con el horario cuando el dinero nunca duerme es comprar boletos para el cementrio.
Mañana no estarás o serás otra mientras podés ser aquella estrella roja volando sobre la Argentina.
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