miércoles, 18 de mayo de 2011

La sentada de Guillermo Tell

La antítesis de un héroe en un bonito pez de pecera absorto en un jarrón de cacao.
Un coletero perdido junto a un cupón publicitario de algún periódico de derechas.
Está harto de juegos que en el orden hacen trampas, para pájaras, con el azar.
Las mañanas se las come en el paseo de las siete con su afamado logro "El silencio de vigilias".

En el parque, el tolerante hombre caníbal promueve ideologías contemporáneas, aderezadas con comunismo desnudo (ahorraremos en tenedores cucharada a cucharada).

Escritor - El canibalismo como solución utópica a las ráfagas populistas.
Caníbal - Le garantizamos la alfombra roja.
Escritor - ¿Iraní?

El joven idealista cumple a la perfección con su arrítmico estereotipo. Desde la distancia, es común ver como juegan a colocar una de las boinas sobre la cabeza del nuevo progresista (de un solo lanzamiento la puntuación se multiplica). Su madre, orgullosa cocinera  de garbanzos rehogados en agua, observa la escena.
El calor erradica cualquier posibilidad de crecimiento, la melena estática. A nivel profesional no es un día de éxitos.

Experto en petancas (señalando al nuevo liberal) - Debe de ser su pelo.
Escritor - ¡No menciones mi alopecia!.
Caníbal - Esas morbosas manos de chico bueno.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Flickan som lekte med elden: dandelion in another land.




No olvidemos que lo fantástico funciona cuando el marco en el que se inscribe es potentemente realista. Por ello, el sujeto humano es una franja de luz reflexiva en un universo de oscuridad: poseemos una inteligencia computacional que trabaja bajo la línea de flotación de la conciencia.

Cuando empezaron a vadear el río, los lobos cesaron de aullar y se alejaron escurriéndose sobre un islote de ojos brillantes donde las bestias acechaban/espiaban desde las orillas ensombrecidas. Entonces, el camino se hundía para volver a recuperar el margen de tres hileras si cabalgaban al trote lento mientras la oscuridad envolvía las llanuras de alrededor.

George Orwell amaba el Londres anterior a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial (el socialismo soñado antes del desvelamiento del estalinismo y la ginebra y el café previos al mercado negro y al racionamiento de la posguerra) como Arthur Miller deseaba en Marilyn su lúcida bestialidad (aquel incestuoso cuerpo observado y admirado como una fruta sorprendente que la naturaleza ha puesto ahí para ser devorada por los demás): extrañas razones guían el alma hacia la noche última de su entierro.

Un fatigoso pulmón de enfisema agudo fantasea (abrumado por el triste día pasado y por la perspectiva de otro tan melancólico por venir) con la proa de la fuga y el lirismo en los senos incesantes de la Olympia de Manet: tal vez un trabajo artesanal ha de ser desarrollado como pantallas de enorme definición para operaciones quirúrgicas.

El pasado no es más que un presente en pretérito perfecto. Así, ¿Cómo gobernarse a sí mismo realizando acciones en los que uno es el objeto de esas acciones, los dominios en que se aplican, los instrumentos a los cuales tienen que recurrir y el sujeto que actúa? Es probable que el tiempo nos haga más cobardes (o simplemente, que se imponga la supervivencia).

Yergue, desde la luz aniquiladora, la elegida en el oscuro principio hasta su vacilante estirpe.
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Hoy, desde Manchester...This Charming man...THE SMITHS

martes, 3 de mayo de 2011

Potencial y frutas del bosque

Pequeña clarinetista, ciérrame la puerta y huele el pomo.
¿Qué hueles? ¡Dije el pomo!

Algún motivo existencialista le oprime el pecho.
Llanto homicida.

Aproxima el labio inferior hacia la vieja taza de porcelana llena de virtuosismo té tóxico.
Y sin embargo, ante el poso se sonroja.

Es feliz.

Una preciosa urraca, desafortunada, picotea las flores del balcón de la casa.
Desnuda, la hoja verde adquiere erótico protagonismo.
(Mordedura de urraca suele saltar los colores).
La hoja seduce.
La urraca se espanta.

Lagarto - ¿No te habrás encandilado de la hoja?
Urraca - En absoluto, me enamoré de ella. (Señala a la fallecida)
Lagarto (frivoliza) - Creo que la muerte se te adelanto.
Urraca - Yo solo veo cualidades en ella.
Lagarto - ¿Y la muerte?
Urraca - ¿Y la hoja?

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