martes, 30 de diciembre de 2014

Junto a tu árbol.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Asociados.








Nos conocimos -conscientemente- conversando sobre Pink Floyd y Bowie en un extinto pub local rayando las 2am. Recuerdo que sonaba London Calling y, por primera vez, nos poníamos de acuerdo en alguna canción. Él odiaba el glam y yo jamás tragué la sobrecarga sicodélica en el rock atmosférico. 

Bebía compulsivamente una cerveza de importación y yo apuraba un whisky levemente templado. Sé que en un momento turbio de la devenida discusión musical uno de los dos hizo una breve pausa de mística química y le sugirió al otro salir a fumar "algo".

Ese "algo" resultó ser un poco de material sensible que acabamos juntando. La espirituosa tradición de "salir a..." nos descubrió compartiendo percepciones parecidas a cerca de Sartre o Nietzsche.

Al poco, nos despedimos amigablemente con un protocolario "nos vemos".

¿Quién nos iba a decir que muchos años después volveríamos a reencontrarnos una noche de navidad yendo y viniendo de la madrugada? ¿Quién nos iba a decir que íbamos a cerrar un trato histórico para nuestras vidas? ¿Quién nos iba a decir que acabaríamos siendo hermanos del alma y socios a parte gananciales? ¿Quién nos iba a decir que íbamos a fusilarnos y, acto seguido, sobrevivir a nuestra propia muerte?



       Pues sí, 


LA VANGUARDIA ES ASÍ.



Entre el "sino" y el "si no..."









Comprender que la vida va en serio no es cuestión de edad sino de actitud. Cuando posé, por primera vez, las suelas de mis zapatos en el aeropuerto de Roma supe que yo pertenecía a esa ciudad.







Pocos viajes resultan tan edificantes y sanadores como aquél. A fin del presente mes volveré a probar suerte en otro territorio ya transitado ad infinitum por mis suelas. Hoy, como entonces, volvía yo de una larga lesión que, casi, me aparta de los terrenos de juego. Por suerte, ya hace tres meses que puedo apoyar la pierna y hacer carreras suaves. El pasado noviembre entré de nuevo en convocatorias. Y, ¡alegría!, el último viernes sentí el estadio rugir como el día de mi debut.







Sabemos que la vida nos lleva por caminos raros y que nadie nos prometió un jardín de rosas. Conocemos la gloria y, por supuesto, también conocemos el fracaso. Y, cual colofón final o triple salto mortal, este fin de año volveremos a recrearnos en el escote de una camarera  para saludar al '15.






Que tengan una feliz semana.







                         Desde el Algarve con amor.





jueves, 11 de diciembre de 2014

De traca en tasca.






  Conozco a un fulano que el día 27 se pira a hacer la reconquista de las iberias lusas con algo de parné y mucha cara... En asuntos de libre asociación el pájaro ágil es el alado.

Ya saben, en el peso de músculo es normal que se concentre toda esa agua que se almacena con el glucógeno. ¡La cetosis, cuiden la cetosis!

Cuando Bob Dylan hizo 'Blowin' in the wind' necesitó únicamente diez minutos para lo que muchos aspirantes al título necesitarían diez mil vidas.  Algo así le sucedió a Bono al afrontar la versión de 'A day in the life'. Lennon se hubiera quitado el cráneo ante el irlandés.

Sonrían y fúmense algo de material sensible.



Feliz juernes



miércoles, 10 de diciembre de 2014

De platino irradiado.






El amor es tan real como temblar bajo este auricular mientras suena 'Can we still be friends?'


Verán, dándome un garbeo, la otra tarde, sospeché hallar a un ángel alado. Y, dado que anduve mucho tiempo haciéndome un cambio de aceite y sucesivas revisiones del chasis en boxes, no estaba seguro de haber encontrado un milagro entre un millón de hormigas, debí pararme a recrearme en el resplandor de su anunciación de platino irradiado. Y, sí, era un ángel alado, de finos cabellos rubios, nívea piel y labios carmesí...

Tal relevación me congeló de dicha. Ahora sé qué sintió Joe Dimaggio cuando se corazoneó de Marilyn.
  
Y en esas ando aún hoy mientras preparo una lista para pinchar post Puente de la Inmaculada Concepción. Hay de todo en ella, cómo no. Ya saben, el tiempo jamás envejece.

El músico jazz de la improvisación actúa cual Sinatra yendo y viniendo de Las Vegas a Roma pasado los 60...: la apología del virtuosismo en plena resurrección senil.

Ya están aquí los confetis de la navidad. ¿Nuestro organismo está preparado para soportar algo tan disruptivo?

En estas fechas tan señaladas evitaré esas calizas dulces (mazapanes, por poner un ejemplo gráfico e indigesto) y otras cefaleas gastronómicas para el espíritu. ¡Alegría!

Se preguntarán, ¿cómo sobrevivir a la navidad pasando por ella y quedando incólume?

Hay algo que tener y únicamente tres gatos tenemos.

¿Privilegios? Evidentemente. Con dinero o talento baila hasta un mono.

Paz.


Chau, voy a hacerme unos kilómetros.


O, mejor, me hago la permanén.




martes, 9 de diciembre de 2014

Mañana reducida.






   Cada mañana repito el mismo ritual carminativo (salvo un par de improvisaciones dignas para acariciar mi espíritu imperecedero con dosis de creativa corneada): desayuno dos tazas de té y una magdalena valenciana mientras escucho radio.

Recojo la mesa y hago labores propias de mi sexo: ordeno la casa, armo el equipo y ojeo la supuesta rabiosa actualidad. Ya ven: estupideces, costumbres tóxicas de la mañana heredadas y fecundadas por y desde mis genes.

Para fomentar la unión y el respeto mutuo reparto entre mis perritos dos galletas maría y cuatro oreos

Luego, salgo a caminar y soñar con rojos toros campando a sus anchas entre las manzanas caídas que Lucía y nuestros hijos morderán en El Jardín de las Hespérides


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